La curva (naranja), que de nuevo representa la ecuación y = x/(1+x), no se interpreta ahora como “el descenso de beneficio unitario (por venta, y) asociado a un aumento de ventas (x)”, sino como una frontera que representa la máxima caída en beneficio por venta (y) que se puede asumir sin disminuir el beneficio total, cuando las ventas aumentan una determinada magnitud (x) o, lo que es equivalente, el incremento de ventas mínimo (x) que es necesario conseguir para compensar una determinada caída (y) en el beneficio por venta.
Si, por ejemplo, aumentando la inversión en publicidad, manteniendo el PVP constante, los beneficios por venta bajan un 10%, pero se consiguen aumentar las ventas en un 50%, la inversión habrá sido rentable y los beneficios totales aumentarán, pues nos encontramos en la zona verde (punto A). Sin embargo, si ese aumento de inversión en publicidad supone una caída del beneficio por venta del 50%, mientras que el incremento de ventas es también de un 50%, los beneficios totales se verán reducidos (nos encontramos en el punto B, en la zona roja). Si, con ese aumento de inversión en publicidad, los beneficios por venta bajasen un 50% mientras que las ventas aumentan en un 100%, los beneficios totales no variarían, y nos encontraríamos precisamente sobre la curva naranja (punto C). Cuanto más lejos de la curva en la zona verde, mayores beneficios; cuanto más lejos de la curva en la zona roja, mayores pérdidas.
Si mantenemos constante la inversión en publicidad por unidad vendida, la Figura 2 también nos puede servir para ver la relación entre una variación entre el precio de venta y el impacto necesario en las ventas para que el cambio salga a cuenta.
En resumen, el impacto de la variación de la inversión en publicidad digital (y analógica) sobre las ventas y los precios depende de muchos factores. En general, aumentar la inversión en publicidad suele resultar en un aumento en el alcance y la visibilidad de los anuncios, lo que a su vez puede generar más clics y conversiones. Para mantener los costes totales, es necesario que el incremento en las ventas sea al menos igual al aumento en el gasto publicitario; esto es lo que se representa, en un caso particular (Figura 1) y otro general (Figura 2) en las gráficas del artículo.
Conviene apuntar que, aunque un objetivo sea mantener los costes totales y/o incrementar beneficios, cualquier aumento en la inversión en publicidad puede presentar otros beneficios adicionales a la empresa, como una mayor visibilidad, mayor cuota de mercado y una revalorización de la empresa. Al final, las inversiones en publicidad tienen que ir de la mano de un plan estratégico donde esté claro cuál es el objetivo primordial de la empresa: crecer o ganar más dinero. Pues ambas opciones no siempre van parejas, y/o en el corto plazo hay que dar prioridad a una de las dos.
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