Esto dice Google:
“Google revisa continuamente el tráfico no válido nuevo o que no se hubiera detectado hasta el momento. El tráfico no válido identificado por Google se mostrará de distintas maneras en función de cuándo se haya detectado. Si el tráfico no válido se identifica antes de que se genere la factura del mes en que se ha producido, los detalles de uso se ajustarán en consecuencia y no se te cobrará por ese tráfico. Si el tráfico no válido se detecta después de que se genere la factura, Google proporciona un crédito por tráfico no válido a los clientes cuando corresponde. Este crédito se muestra en las facturas siguientes y en los informes del historial de transacciones de la cuenta.
Google tiene en cuenta diferentes datos de cada interacción, como la dirección IP, la hora de la interacción y las interacciones duplicadas. Tras examinar distintos tipos de patrones de interacción, Google intenta filtrar las interacciones potencialmente no válidas incluso antes de que se muestren en tu cuenta. […] Si nuestros sistemas detectan tráfico no válido en los anuncios, lo excluimos automáticamente de los informes. No se te cobrará por ese tráfico y seguirás teniendo la opción de consultar los datos correspondientes.”
Puedes encontrar más detalles en esta otra entrada. Realmente, esto suena muy similar a lo que hacen la mayoría de los servicios de pago especializados, tipo ClickCease, ClickGUARD, etc.
¿Lo que hace Google es suficiente? Dado que Google cuenta con un músculo financiero inigualable, más información sobre los usuarios que cualquiera de estas empresas y la tecnología más puntera, cabría esperar que su sistema antifraude fuera mucho mejor que las herramientas de terceros. Pero también podría suceder que Google permita intencionadamente que buena parte de los clics fraudulentos se les escape, ya que igualmente se beneficia económicamente de ellos. O que, realmente vea el fraude como un problema pero no quiera invertir en combatirlo más que una pequeña parte de recursos: lo justo y necesario para que sus distintos canales (Search, GDN, Youtube, Discover…) sean suficientemente rentables para una mayoría de usuarios de Google Ads. Nuestra sensación (ojo, esto es solo una opinión) es que el escenario más probable es el tercero: que Google está haciendo “lo justo” para que todo siga funcionando más o menos bien. Al fin y al cabo, el sistema antifraude de Google no deja de ser un servicio gratuito que solo le supone costes.
Ciertamente, Google regularmente detecta clics inválidos y reembolsa el costo, ya sea de bots de rastreo de resultados de búsqueda orgánicos o publicitarios, clics realizados desde ubicaciones fuera de tu área objetivo a través de una VPN, o clics duplicados de competidores.
Sin embargo, si no usas whitelists de emplazamientos en GFN, un vistazo rápido a las urls en donde se muestran tus anuncios de Display te muestra que la protección antifraude de Google deja mucho que desear. Haces una campaña promocionando placas solares en España y de repente aparecen tus anuncios en webs de gamers de Malasia, escritas en malayo, que acumulan decenas de clics. ¿Es que de repente toda la comunidad de gamers malayos que viven en España han decidido poner placas solares? Y no solo ellos: miles de páginas web random de todo el mundo, en donde los visitantes de esas webs están clicando como locos en tus anuncios realizados en español, en y para España, con CTRs 50 veces más altos que los emplazamientos en español… Oler, no huele bien, no. Y no parece que Google se esfuerce excesivamente en evitarlo.
Además, cuando hay un ataque evidente, Google no es transparente con los detalles del fraude: en caso de clics malintencionados en campañas de búsqueda, aunque te indique el número de clics inválidos a nivel de campaña, no comparte qué palabras clave y términos de búsqueda son las afectadas, ni los dispositivos, IPs o localidades desde donde se produjo el ataque, lo que te dificulta sobremanera tomar tus propias medidas. Tampoco te dice, en caso de detectar clics sospechosos desde una determinada IP, si considera “inválidos” todos los clics, o solo a partir del segundo clic, o a partir del décimo, por lo que no tienes muchas garantías de que realmente esté reembolsándote todo el costo. Por otro lado, si un competidor recurre a un grupo de personas (o bots) para realizar estos clics, puede ser más difícil de detectar para google, y es más probable que acabes pagando el plato.
Conclusión: fíate de Google lo justo. Y haz tus deberes.